Mi propia cacería
Llegué al mundo una madrugada en la primavera del año 1975 y dicen que nací ocho mesinos y con dos dientes. Me bautizaron Cristian Darío Estrella. De chico me gustaba grabar con un datassette a mi familia. Los perseguía por toda la casa, hablando de cualquier cosa. Seguramente por herencia paterna leía muchas historietas y en algún momento se me dio por dibujar a mano, una por una, una revistita que repartía entre los amigos del barrio. Venía con personajes que luego interpretaba en reuniones de merienda. Recuerdo mucho a "El loco de la moto", un motociclista que se estrellaba contra las paredes. Por aquellos años mi hermana tenía un tecladito al que solía investigar con curiosidad matemática.
Mi educación primaria ocurrió en el colegio Nuestra Señora de Lourdes de Quilmes, ciudad a la que amo y en la que he vivido hasta la mayoría de edad, y que me ha valido el mote Gato de Quilmes.
Cuando concluí aquella etapa ya tenía la primera computadora color. Se enchufaba a la tele. Una TK-90X de apenas 16 Kbytes, hoy un milagro binario, en aquel momento verdadero prodigio tecnológico. Me dieron ganas de aprender a hacer robots y me anoté en una ENET, la nro.4 cerca de la ribera. Debo sincerarme y reconocer que en la práctica realmente jamás capitalicé ese conocimiento. Eso sí, generé una discoteca en cassettes enoooorme. En los recreos se me dio por intercambiar música con los compañeros, porteros y hasta preceptores, y para cuando me recibí de técnico en electrónica ya tenía un listado de 700 obras, tocaba un poco el bajo, la batería y acababa de cambiar unos platillos por mi primer guitarra criolla. Estoy convencidísimo de que las cosas que uno hace de niño le marcan la ruta de adulto.
Para continuar, diseño de Imagen y Sonido en la UBA fue una buena opción, eclipsada al cabo de un año sin sobresaltos por un fanzine de rock que captó mi creatividad con mayor fuerza. Así, a los 19 lancé Petronilo el infame muñeco de papel, gráfica y cassettes con rock independiente que durante cuatro años editó las palabras y la música de más de 100 artistas, con su correspondiente versión televisiva en la señal Multicanal, obteniendo gran repercusión en medios nacionales y extranjeros.
Fui co-director del tabloide Combo 3, co-conductor y co-productor general de Nautilus 20.000 segundos de cultura submarina en FM Plur 103.5 de Bs. As., y redactor para diversos medios gráficos porteños. Con los años y por oficio me convertí en diseñador gráfico y web, trabajando con talentosísimos artistas circenses, músicos, empresas educativas y científicos. En paralelo siempre la música, escuchándola, y muchas veces intentando generarla ya sea como solista o en grupo, con proyectos como Sinfoninquieta o "dibujando orgánicos garabatos" en el piano.
Viví tres años en Bariloche, Patagonia Argentina, donde trabajé en el área de fotografía en la Semana Musical Llao Llao, junto al artista Federico Marchesi, al Dr. Eduardo Rapoport y generando "Pines puerco porque puercoespín" (una pyme con base en el humor gráfico, productora de remeras y contenidos ecológicos).
Fui colaborador del programa Ideas Circulares emitido por FM Bariloche 89.1, primero ocupándome de los móviles, y luego desde el estudio. Allí realizamos el concurso de bandas “Bariloche Suena”, que mostró la música de más de una docena de nuevas bandas patagónicas.
Desde hace 12 ediciones soy miembro del comité de voto de los Premios Gardel a la música. En la actualidad vivo en Buenos Aires poniendo mi energía vital con alegría para retomar el camino musical y vincularlo con la vuelta de Cazadores de Tornados y otros proyectos conscientes que continúan esta hermosa experiencia de comunicación social. Y tengo un sueño: recorrer nuestra América interconectando pueblos, dando a conocer las historias de vida de sus habitantes y compartiendo saberes en torno a la construcción de instrumentos musicales con material reciclado y su ejecución.
¿Se te ocurre algo? ¡Escribime!
Mi educación primaria ocurrió en el colegio Nuestra Señora de Lourdes de Quilmes, ciudad a la que amo y en la que he vivido hasta la mayoría de edad, y que me ha valido el mote Gato de Quilmes.
Cuando concluí aquella etapa ya tenía la primera computadora color. Se enchufaba a la tele. Una TK-90X de apenas 16 Kbytes, hoy un milagro binario, en aquel momento verdadero prodigio tecnológico. Me dieron ganas de aprender a hacer robots y me anoté en una ENET, la nro.4 cerca de la ribera. Debo sincerarme y reconocer que en la práctica realmente jamás capitalicé ese conocimiento. Eso sí, generé una discoteca en cassettes enoooorme. En los recreos se me dio por intercambiar música con los compañeros, porteros y hasta preceptores, y para cuando me recibí de técnico en electrónica ya tenía un listado de 700 obras, tocaba un poco el bajo, la batería y acababa de cambiar unos platillos por mi primer guitarra criolla. Estoy convencidísimo de que las cosas que uno hace de niño le marcan la ruta de adulto.
Para continuar, diseño de Imagen y Sonido en la UBA fue una buena opción, eclipsada al cabo de un año sin sobresaltos por un fanzine de rock que captó mi creatividad con mayor fuerza. Así, a los 19 lancé Petronilo el infame muñeco de papel, gráfica y cassettes con rock independiente que durante cuatro años editó las palabras y la música de más de 100 artistas, con su correspondiente versión televisiva en la señal Multicanal, obteniendo gran repercusión en medios nacionales y extranjeros.
Fui co-director del tabloide Combo 3, co-conductor y co-productor general de Nautilus 20.000 segundos de cultura submarina en FM Plur 103.5 de Bs. As., y redactor para diversos medios gráficos porteños. Con los años y por oficio me convertí en diseñador gráfico y web, trabajando con talentosísimos artistas circenses, músicos, empresas educativas y científicos. En paralelo siempre la música, escuchándola, y muchas veces intentando generarla ya sea como solista o en grupo, con proyectos como Sinfoninquieta o "dibujando orgánicos garabatos" en el piano.
Viví tres años en Bariloche, Patagonia Argentina, donde trabajé en el área de fotografía en la Semana Musical Llao Llao, junto al artista Federico Marchesi, al Dr. Eduardo Rapoport y generando "Pines puerco porque puercoespín" (una pyme con base en el humor gráfico, productora de remeras y contenidos ecológicos).
Fui colaborador del programa Ideas Circulares emitido por FM Bariloche 89.1, primero ocupándome de los móviles, y luego desde el estudio. Allí realizamos el concurso de bandas “Bariloche Suena”, que mostró la música de más de una docena de nuevas bandas patagónicas.
Desde hace 12 ediciones soy miembro del comité de voto de los Premios Gardel a la música. En la actualidad vivo en Buenos Aires poniendo mi energía vital con alegría para retomar el camino musical y vincularlo con la vuelta de Cazadores de Tornados y otros proyectos conscientes que continúan esta hermosa experiencia de comunicación social. Y tengo un sueño: recorrer nuestra América interconectando pueblos, dando a conocer las historias de vida de sus habitantes y compartiendo saberes en torno a la construcción de instrumentos musicales con material reciclado y su ejecución.
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